viernes, 4 de septiembre de 2015

La pasión por la música:

"El día que te pese practicar, deja todo"

Esa es una de la frases que me marcó mi carrera como músico.

 

Asi como cuando un empresario invierte en un terreno baldío, y cuando un pescador cambia el ansuelo, se necesita seguridad, maestría, conocimiento, pero sobre todo, pasión. Porque cuando uno ama lo que hace no hay nada ni nadie que lo detenga. En ese momento, tu único enemigo sos vos.

Me reconozco una persona perfeccionista, y en el primer año de estudio en el Conservatorio de Morón, con muy poca práctica, 11 años de edad, y un sonido propio del que recién empieza, quería sonar como Stan Getz o como el mismísimo Charlie Parker. Cuando uno logra menos de lo que espera o de lo que tiene en mente, entran en juego sentimientos negativos como la frustración y el enojo con uno mismo.

Mi primer profesor, Mariano, influyó mucho en ese sentido. Me largó a tocar con muy poca técnica y, al ver que por lo menos sonaba y que venía bien con la lectura musical, no me puso ninguna traba y me dió repertorio para que pueda seguir sonando. Disfrute muchísimo ese año. Y a partir de ahí, entendí el poder de la pasíon para lograr los objetivos. Con el amor por lo que uno hace, la práctica se hace natural. Y con la práctica, luego, se logrará la técnica.   

En las próximas entradas, seguiré ampliando.
 

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